Este díptico fotográfico está compuesto por dos imágenes: “Huellas emocionales” y “En el límite”. Ambas forman parte de una serie que reflexiona sobre el viaje inefable que representa la vida, los caminos que transitamos y las marcas —visibles o invisibles— que nos dejan quienes vinieron antes, así como aquellas que dejamos para quienes vendrán después.
Huellas emocionales
Una serie de huellas impresas en la arena de la playa sugiere el paso de alguien que estuvo allí antes que yo. Esta imagen actúa como una metáfora visual de las herencias emocionales, las experiencias que otros dejaron atrás y que ahora forman parte de nuestro propio recorrido. También invita a pensar en las huellas que nosotros dejamos para los que nos siguen.
En en límite
Esta fotografía representa un momento de transición, de cambio. Habla del punto donde el camino cómodo y conocido se encuentra con lo incierto, con lo nuevo. Es una invitación a abandonar la seguridad de lo cotidiano y explorar territorios más desafiantes: lo que comúnmente llamamos salir de la zona de confort.
Reflexión final
Ambas imágenes dialogan entre sí y proponen al espectador un ejercicio de introspección: ¿Cómo ha sido tu propio viaje vital hasta ahora? ¿Qué caminos has elegido? ¿Qué huellas han dejado en ti las personas del pasado? ¿Estás caminando por donde deseas o necesitas atreverte a salirte del trazado?
Este díptico fue presentado por primera vez en mi exposición “A la deriva entre la razón y el corazón” (2025), donde formó parte del eje narrativo central sobre el paso del tiempo y la construcción de identidad.
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